domingo, 21 de agosto de 2022

Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco

 


Ciudad de México, tres años después.

Después de tres años de ausencia, de distanciamiento, vuelvo a las calles, las plazas, los lugares íconos, la gente con la que conviví toda la vida. Vuelvo a la comida añorada, las aglomeraciones todavía tímidas, las calles que nunca imaginé recordar con tanta nostalgia. Noto muchas ausencias. Veo cortinas y puertas cerradas donde antes tenía paso franco.noto miedo, desconfianza ("Conserve su distancia", "En el interior de la tienda, uso obligatorio de cubrebocas", "Respete el aforo máximo de personas") en los rostros afanosos, en las caras que quieren volver a una normalidad que por ahora sólo está en los buenos deseos futuros.





Todo eso voy pensando mientras recorro los andadores de la unidad habitacional de Tlatelolco. Exhuberancia de plantas, de árboles; la vida cotidiana de un pueblo vuelto ciudad vuelto edificio vuelto historia urbana vuelto alegría vuelto sangre dolida vuelto temblor vuelto silencio, que sin embargo hoy vive el día a día; un lugar que tiene en su pasado de caleidoscopio las bayonetas cercando la plaza, los vendedores ofreciendo mantas de algodón y granos de cacao, el bramar del tren acallando los rezos en latín y náhuatl y los sombríos muros de la prisión, los gruesos muros de la Parroquia de Santiago Tlatelolco que coinciden paradójicamente con los basamentos de piedra del Templo Mayor arrasado... Esto es Tlatelolco: la Plaza de las Tres Culturas y su zona arqueológica, la caja de agua colonial y el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, el Jardín de Santiago y su tranquilidad de plaza pueblerina, acogedor y encantado...






Vuelvo de muy lejos, de hace tres años, a mis calles y a mi gente, recuperando lo perdido, recordando lo futuro, soñando lo pasado...

lunes, 12 de agosto de 2019

Victoriano Salado Álvarez - Episodios Nacionales

Estimados amigos de Homo Chilangus, les cuento que he estado leyendo una serie de novelas de un escritor llamado Victoriano Salado Álvarez ( Teocaltiche, Jal., 1867-ciudad de México, 1931). Periodista e historiador muy documentado, Victoriano Salado Álvarez desarrolla en esta serie una colección de novelas históricas llamadas los Episodios Nacionales, en los que retrata el lapso de tiempo en México que va desde 1852 a 1867, esto quiere decir, el periodo que comprende la última presidencia de Antonio López de Santa-Anna, la revolución de Ayutla, la Guerra de Reforma, la Intervención Francesa y. la Restauración de la República. El período que abarca cada libro (que contiene dos novelas cada uno) es como sigue, en orden cronológico: 


-Su Alteza Serenísima y Memorias de un Polizonte. (1852-1855) Estas dos novelas nos narran las viscisitudes vividas en el país desde poco antes y durante el último período de gobierno de Antonio López de Santa Anna, más o menos desde 1852, cuando la facción conservadora lo trae del exilio que vive en la ciudad de Turbaco, en Colombia, con el ánimo secreto de acotarlo en el poder y utilizarlo para lograr aplastar a sus contrarios del partido liberal, aunque pronto se ve que es Santa Anna quien logra controlar a todos. Es en este tiempo en que muy oscuramente se da el acoso norteamericano por obtener un trozo más de territorio mexicano, para pasar por ahí su vía férrea a San Francisco y comunicarlo con el Este, la amenaza de nuevamente invadir a México y la venta del territorio de la Mesilla a los E.E. U.U. y la forma turbia en cómo se maneja el dinero de la venta; la subsecuente pérdida del control financiero de Santa Anna ante los gastos excesivos y dispendiosos, y que parecen presagiar la instauración progresiva de una monarquía con él como rey del país, y el consecuente malestar que empieza a desencadenarse en el país. 

-El golpe de Estado y Los mártires de Tacubaya. (1855-1858) A continuación viene la rebelión ante este orden de cosas, cuyos elementos se aglutinan en torno al Plan de Ayutla (lidereado por el antiguo insurgente Juan Álvarez y por el liberal moderado Ignacio Comonfort) que levantados desde Acapulco y la costa sur de Guerrero triunfan y exilian a Antonio López de Santa Anna por última vez y en la que, después de una presidencia relámpago de Juan Álvarez, Ignacio Comonfort llega a la presidencia y organiza un Congreso constituyente que arma y jura una nueva constitución (tal como lo exigía en uno de sus puntos principales el Plan de Ayutla); esa constitución fue tan “perfecta” que no dejó ningún espacio para poder negociar entre las facciones un arreglo, ni dejó contento a nadie por lo mismo, ni amigos ni enemigos, y ni siquiera a su propio promotor, que quedó maniatado también. Entonces Comonfort reúne a a todos los que se sienten agraviados y con su apoyo solapado se da un auto golpe de estado, disuelve al Congreso y deroga su propia constitución, provocando el reinicio de las hostilidades entre liberales y conservadores, en su búsqueda por el control del gobierno. Al final de la segunda novela (Los mártires de Tacubaya) se cuenta el terrible episodio de los Mártires de Tacubaya, cuando el feroz general conservador Leonardo Márquez toma la ciudad de México y fusila indiscriminadamente a los prisioneros que captura en Tacubaya, no importando si son médicos, jóvenes o personas ajena a la guerra. Ante esto Comonfort renuncia a la presidencia y se auto-exilia, y Benito Juárez, que en ese momento es el presidente de la Suprema Corte de Justicia, asume legalmente la presidencia del país, por parte de la facción liberal. Los conservadores declaran que el país está acéfalo, y proclaman también un presidente afín a sus propios principios.

-La Reforma y El plan de pacificación. (1858-1861) A continuación Salado Álvarez nos narra la turbulenta Guerra de Tres Años (o Guerra de Reforma), donde existen dos gobiernos de facto en distintas regiones del país, y la expedición de las diversas Leyes de Refoma por el gobierno de Juárez, que van desmantelando el sistema de fueros que tenían inmovilizada la vida social y económica del país. También vemos cómo se da el peregrinar del gobierno liberal provocado por la guerra y sus vaivenes, desde Guanajuato, Guadalajara (donde un motín está a punto de fusilar en masa a Juárez y a su gabinete) hasta Veracruz, puerto donde son sitiados por el joven general conservador Miguel Miramón (incluso por mar, con la ayuda de dos barcos), sin éxito. La Guerra de Tres Años termina con la batalla de Calpulapan, siendo derrotado totalmente el ejército conservador, triunfando el bando liberal y permitiendo a Juárez instalar al fin su gobierno en la ciudad de México. 

-Las Ranas pidiendo Rey y Puebla. (1840-1863) Mientras todo esto ocurre en México, en Europa varios enviados conservadores (José María Gutiérrez Estrada, Juan Nepomuceno Almonte, José Manuel de Hidalgo, etc.) maquinan y negocian durante muchos años en diversas cortes para lograr que lensea concedido un príncipe real a México para instaurar una nueva monarquía con tendencia conservadora, y cómo al fin logran su cometido, convenciendo a Maximiliano de Habsburgo a aceptar el trono de México, previo consentimiento y apoyo de Napoleón III y que después de un simulacro de elecciones se le convence de que es deseado por la gran mayoría del pueblo de México. Entonces Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota Amalia de Bélgica aceptan viajar a México como monarcas, aceptando el trono de México; en la segunda novela (Puebla) se nos habla de cómo se concreta el apoyo francés (Tratados de Miramar), tanto concediendo un préstamo anual, como mandando un ejército invasor bajo un supuesto apoyo de algunos cobros pendientes, y cómo al no ser secundado en sus intenciones por los ejércitos inglés y español que lo acompañaban con ese mismo fin, inician la invasión del país, siendo vencidos sorpresivamente por el general liberal Ignacio Zaragoza en la primera batalla importante presentada, en la ciudad de Puebla (5 de mayo de 1862). A partir de ahí continúa la narración de las diversas batallas libradas entre el ejército invasor francés y el auxiliar ejército imperialista mexicano contra el ejército de la República; batallas casi todas adversas a las fuerzas liberales mexicanas, y cómo van avanzando por todo el país las partidas del ejército invasor apoderándose de las plazas mayores, mientras Benito Juárez y su gobierno legítimo abandonan la capital, rumbo al norte de México. 

-La Corte de Maximiliano. Orizaba. (1864-1866) Las siguientes dos entregas de esta serie nos dan una visión completa del funcionamiento del Imperio desde adentro, con todas las contradicciones surgidas por el hecho de que Maximiliano es un monarca con tendencias liberales, apoyado por una base política conservadora que no logra su objetivo inicial: regresar al país al punto en que se encontraba antes de la promulgación de las Leyes de Reforma. Incluso es paradójico que el mismo Maximiliano avale con entusiasmo y de por buenas la mayoría de las leyes reformistas promulgadas por Benito Juárez. Además, la tensión ahora se va desarrollando entre la corte imperial en México y el ejército expedicionario francés, que no logra sofocar los multiples ataques de la guerrilla liberal en todo el país, que hace que los franceses solo sean dueños del terreno que pisan, a pesar de los muy sanguinarios métodos de control ejercidos en cada población, y que los vuelve odiados por el pueblo, que se organiza espontáneamente para rechazarlos. En la segunda de estas novelas (Orizaba), vemos cómo las dudas acerca de la viabilidad del Imperio empiezan a llenar a Maximiliano, y que al darse el repliegue progresivo del ejército francés y su retiro hacia Europa, empieza a seguir sus pasos, ante la angustia de sus correligionarios conservadores, que lo convencen al fin en la ciudad de Orizaba de no abdicar al trono a cambio de ser apoyado por ellos al máximo, ya que Napoleón III le comunica a Maximiliano que él se ve precisado a fijar un término pronto para el retiro de las tropas de la ocupación francesa, rompiendo los Tratados de Miramar. Entonces la Emperatriz Carlota Amalia emprende un viaje a Europa, decidida a encontrarse con Napoleón III y hacer que recapacite en su decisión y sobre todo que les siga brindando el apoyo a que se comprometió, y cuando resulta ello infructuoso, visita al Papa en el Vaticano, donde ante la desesperación de sus esfuerzos inútiles, y creyendo estar siendo envenenada y perseguida, pierde la razón. 

En las novelas Porfirio Díaz y Ramón Corona (1863-1867), vemos a través del desempeño de estos jóvenes militares el resurgimiento del ejército republicano, que había sido capturado en el sitio de Puebla (1863); en Porfirio Díaz observamos la organización de un ejército que recupera Oaxaca, Puebla y toda la región sur, dando con sus chinacos las grandes batallas que recuerda la historia de este período: Miahuatlán, la Carbonera, el sitio y toma de Puebla, etc.; la novela Ramón Corona nos cuenta la recuperación progresiva del occidente de México (Jalisco, Michoacán, Nayarit, Colima); estos son un par de los mejores ejemplos de todos estos militares improvisados surgidos en el país, que aprenden sobre la marcha cómo organizar una guerrilla y luego cómo administrar y manejar un ejército, que surge desde las exitosas guerrillas que atosigan al ejército francés, y que obliga a Napoleón III a decidirse a desconocer los compromisos que tenía con el Imperio Mexicano y a retirar a su ejército expedicionario del país, ante el acoso que también sufre en Europa, y que lo hará entrar en Guerra muy pronto, y ser derrotado. 

En las dos últimas novelas (La Emigración y Querétaro) (1863-1867) asistimos al recorrido que hace el gobierno de Benito Juárez, ante el avance del ejército de intervención francés. En la primer novela se desplaza por el centro del país (Querétaro y San Luis Potosí) y después el norte (Saltillo, Monterrey, Chihuahua, Paso del Norte) durante al peor momento de la intervención, cuando la gran mayoría del partido liberal se adhiere al Imperio y prácticamente todo el país está bajo el dominio francés; y en la novela que cierra el ciclo, Querétaro, vemos cómo se da el renacer del ejército liberal, cómo el combinado ejército francés-imperialista va perdiendo plaza tras plaza, hasta quedar encerrado en dos ciudades sitiadas: México y Querétaro, donde se haya el Emperador. Vemos así tomar a Maximiliano las últimas medidas militares del imperio, su encerramiento en Querétaro junto con los generales Miguel Miramón, Tomás Mejía y Leonardo Márquez; luego el sitio, la salida de Márquez para tomar el mando del ejército en la ciudad de México, las infructuosas tentativas de romper el sitio, la entrega de Maximiliano al general liberal Mariano Escobedo, su proceso, la negociación infructuosa de diversos gobiernos y personalidades por salvarlo, su condena a muerte y su fusilamiento junto con sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas. Para este momento ya hemos llegado al año de 1867, y ahí termina la historia, quedando inaugurada nuestra toma de conciencia como mexicanos mediante este hecho. 
***

Creo que resumiendo todo lo anterior, muchos puntos tiene de interesantes estas historias para nosotros como mexicanos, aparte de las cuestiones históricas narradas de manera tan viva y ágil; Victoriano Salado Álvarez salpica en su obra desde dichos y refranes antiguos, hasta cartas auténticas y anécdotas verídicas de muchos de estos personajes que han sido consagrados a los altares de la Patria o a la ignominia del olvido, pero que en esta larga serie de libros adquieren un relieve humano, muy humano y terrenal, con todos sus vicios y virtudes. 

Otro de los aciertos de Salado Álvarez es la inclusión de personajes imaginarios que conviven con los personajes históricos en puntos claves de la historia, y que confluyen todos en la novela (obra de teatro) final, Querétaro, una novela que termina en un crescendo histórico impresionante. 

Así que, si no han leído alguna de las novelas de este ilustre jalisciense, esta es una sincera recomendación que les hago, mis estimados amigos.

sábado, 27 de julio de 2019

Balón CDMX


En el año de 2017, se presentó en el Paseo de la Reforma la Expo Balón CDMX; como tengo un respaldo de fotografías que tomé en dicha exposición, les comparto una muestra significativa de dichas obras. ¡Disfruten la creatividad de estos artistas del balompié!
































domingo, 21 de julio de 2019

David Martín del Campo - Las siete heridas del Mar



"Los hombres se encariñan con las mujeres, pero también con las cosas más absurdas: un pisapapeles, una estilográfica, un automóvil, una navaja suiza, un par de zapatos, un arma de fuego, un suéter luido. Como los cacomixtles, guardan cachivaches que a su vez remiten a recuerdos que guardan momentos inolvidables y así, coleccionando souvenires y cacharros, los hombres imaginan que serán inmortales.

Y podríamos decir que los escritores tampoco pueden escapar a ese destino de coleccionar cosas para escapar de la Muerte: atesorando un recuerdo o una fantasía, escribiendo un cuento, haciendo un libro; tratando de crear un personaje tan real que viva más que el propio autor, sacando de entre los laberintos de la mente una ciudad no como es, sino como debió haber sido... 


Ese es básicamente el nudo argumental de Las siete heridas del mar (Acapulco blues) del escritor David Martín del Campo. En ella nos habla de un puerto de Acapulco en el momento que estaba siendo descubierto por el mundo, con su bellísima bahía y su ambiente paradisiaco. A ese Acapulco virgen en muchos sentidos, llega Antonio Camargo, futuro heredero de grandes empresas, con un futuro asegurado; aburrido, sí, pero seguro en un momento de grandes inseguridades emotivas. Llega, y se queda, y cambia radicalmente de vida, del sentido y dirección de su vida. 

¿Cómo influyen en él todas esas personas, nacionales e internacionales, inclusive los grandes actores de Hollywood, que va conociendo día a día? ¿Dónde está el amor, que pareciera esconderse detrás de cara rostro de mujer que va conociendo? 

Las siete heridas del mar (Ediciones B, S.A. de C.V., México, D. F., 2010) es un libro de nostalgia, pero también de aventura, de descubrimiento y decisiones, y sobre todo mucha alegría por vivir la vida misma.

sábado, 13 de julio de 2019

Novena de la ciudad


Recientemente pudimos apreciar, en la Calzada Juventud Heroica, en el acceso al Bosque de Chapultepec, la exposición fotográfica "La Novena de la Ciudad", dedicada a hacer un repaso fotográfico histórico del equipo de los Diablos Rojos del México; traigo para ustedes una selección de tales fotografías.